Día 3: Cumuruxatiba a Corumbau
Después del desayuno realizamos el check-out de la Posada e iniciamos la pedaleada entre Cumuruxatiba y Corumbau. La mayor parte de este trecho estaremos pedaleando por la playa, donde durante todo el viaje necesitamos estar atento con el movimiento del mar, lo ideal es antes de comenzar a pedalear verificar el horario de la marea baja con algún pescador local. Con esto es posible pedalear tranquilamente por la arena que está mas dura. La recomendación es en los trechos de playa es inflar bien las cubiertas. A la derecha se divisa el inmenso mar azul. A la izquierda, un paisaje de palmeras, mangues y acantilados. Los acantilados son un espectáculo grandioso. Con tonos rojizos, forman paredes de hasta 20 metros de altura y que reflejan el brillo del sol en colores vivos. A los cinco kilómetros de pedaleada llegamos frente a un acantilado, esta vez elevándose como una pared bien sobre el nivel del mar. La única manera de escalarlo es por el camino demarcado fácilmente identificado. Ya en la cima es el momento de aprovechar la bella vista del horizonte marino y observar la vegetación. Existen decenas de flores coloridas, entre las cuales un tipo de orquídeas con minúsculas flores rosas. En lo alto del morro, es posible observar el Monte Pascoal, a la izquierda. Es la única oportunidad de ver este pedazo de Brasil que fue el primero en ser avistado por la avanzada de Cabral, en un soleado día Domingo de Pascua. Dice la historia que Cabral avistó el Monte Pascoal cuando las naves estaban a la altura de las playas de Prado –mas exactamente, próximas al Río Caí-. Seguimos por el camino y enseguida llegamos a una ruta que termina en la puerta de una hacienda que atravesaremos para llegar a la Playa de Moreira. Un poco antes del Río Caí (mitad del recorrido), llegamos al antiguo Restaurante de Gaúcho, donde podemos hacer una parada, almorzar (por cuenta de los clientes), relax en la playa y esperar al mar que baje lo necesario. De vuelta en la playa, el Río Caí es uno de los puntos más bonitos de la pedaleada, y también uno de los puntos de mayor importancia histórica. Fue en este lugar que el portugués Nicolau Coelho desembarcó el día 23 de abril de 1500 e hizo el primer contacto con los indios potaxós. Las naves quedaron en alta mar, mientras Coelho, a mando de Cabral, siguió en un pequeño barco hasta la playa. Si la marea está alta, es necesario contratar una balsa de un barco de pescadores vecinos para atravesar el Río Caí. Luego del Río, una cruz simboliza el descubrimiento del Brasil. De vuelta a las playas seguimos pedaleando tranquilamente hasta la Ponta de Corumbau. Hay dos versiones sobre el significado de Corumbau, en Tupi. Para algunos, la palabra quiere decir “lejos de todo”. Para otros, “fin del mundo”. Se tiene la ilusión de que no existe nada más en el planeta, más allá, solo cielo. El poblado es el más pequeño de la Ruta del Descubrimiento, uno de los mas simples, sin luz eléctrica, pero con una belleza deslumbrante. Check-in en Jokotoka Eco Resort, lugar de nuestra cena (Incluida). Pernocte en la posada. 26km
Reseñas de viajes
Viajamos desde Argentina Bety y Marisa, sin conocimiento del idioma Portugués, para realizar esta travesía que es una experiencia indescriptible…!!
Pedalear sobre la arena que va cambiando de color: blanca, dorada y negra por los minerales que se desprenden del imponente acantilado, refrescarse en el mar, cruzar ríos, caminar por la selva y navegar por el río entre la mata atlántica…
Pecnotar en Bellas posadas en aldeas donde perdura intacta la arquitectura original Portuguesa y comer extravagantes pero exquisitos platos…
Impecable la atención de Paulinhio y la asistencia de Mariano…!
El grupo muy alegre, trataba en todo momento de incluirnos a pesar de la limitación del idioma…
Nos trajimos un hermoso recuerdo, muchas anécdotas divertidas y nuevos amigos…!
Imperdible…!!!
En este viaje cosechamos bellos amigos!!! Paulinho que nos hizo sentir todo el tiempo muy como en casa, Jose que fue el encargado de traducirnos todo lo que le preguntabamos cuando qieriamos entender algo… su bella y compañera de vida Sonia…. la bellas y divertidas Sandra, Vivian, Elenice, Valeria , y como les decian las Mininas…los Casados Vanessa y Didi!!!😊
Una experiencia hermosa… como ya escribio Marisa rodeada de bellos paisajes e increibles lugares que nos fueros sorprendiendo en el transcurso del viaje!!!!
Muy recomendable!!!
Realmente tal como me lo imaginaba. Bellos y variados paisajes, que cambian según el día soleado o con la lluvia tropical que también se disfruta. Comidas autóctonas, frutas y jugos, todo tan gustoso y sano. Las posadas frente al mar, una gloria! Los vendedores ambulantes suempre tan pintorescos. Degustar, renovarse e idratarse a todo momento con el agua de coco, fue super agradable.
El grupo brasileño que me tocó compartir fué extraordinariamente amable y divertido.
Celebro haber integrado ésta travesía tan bella.
Gracias Paulinho y grupo!!!
¡El viaje mas “bacana” de Brasil! Naturaleza exuberante, playas infinitas y todo el mar para disfrutar a pleno. Altamente recomendable.
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